Primer párrafo
Acercase que aquí no muerden. No hay peligro, mucho menos regaño. Entrar en disposición atenta, que las ideas sobrevuelan como aves de rapiña, y aquí gustamos de escarbar en la basura, pues siempre encontramos algo mejor.
Primer párrafo
Acercase que aquí no muerden. No hay peligro, mucho menos regaño. Entrar en disposición atenta, que las ideas sobrevuelan como aves de rapiña, y aquí gustamos de escarbar en la basura, pues siempre encontramos algo mejor.
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Adelina
Aun siento la peineta deslizarse por mi cabello arisco, haciendo lo crespos con agua de limón. La nombre siempre Adelina, aunque algunos le decían Negra. Parecía feliz, como si con esa palabra sintiera el cariño que otros no le dieron. Vestía batas de colores encendidos, confeccionadas a su gusto. Una pañoleta cubría siempre su singular pelo ensortijado. Cantar durante el trajín era parte de su rutina.
Primer párrafo
No tardare. No llores...
No tardaré. No llores.
Yo para ti he cogido
del áspero romero azules flores;
las aves en su nido;
cristales en las grutas;
las mariposas en su vuelo incierto;
y de los viejos árboles del huerto
las sazonadas frutas.
Y he aprendido las lánguidas querellas que cantan al bajar de la montaña
loa grupos de doncellas; y la conseja extraña
que, mientras silba ronco
el viento en la vetusta chimenea,
cuenta alrededor del encendido tronco
el viejo de la aldea.
A veces intento imaginar un mundo sin literatura. Echaría en falta los libros en los aviones, a las librerías y a las bibliotecas les sobraría espacio en las estanterías ( incluso las mías dejarían de estar rebosantes de volúmenes), la industria editorial no existiría tal como la conocemos, ni tampoco Amazon, y no habría nada sobre mi mesilla de noche cuando no consigo conciliar el sueño.
Primer párrafo
Apreciado Pablo:
Le ha correspondido a usted la silla de Adolfo de francisco un ilustré medico y humanista que sabia que las palabras son la primera herramienta terapéutica y que igual que las heridas, (...) a veces también hay que curar la vida. Tengo de Adolfo el recuerdo indeleble de una amistas que a lo largo de la vida fue una elección.
Primer párrafo
Empero, sin perjuicio de que, mas adelanté hable de ellos, me interesa reflexionar ahora, sobre ese relámpago mercadotécnico que logro poner, como paradigma literario, a un autor tan insustancial y ramplón como Paulo Coelho.