En el libro Silencios Julia Reyna nos conmueve con sus relatos, todos tan cercanos, porque nos señala los matices de nuestro país en sus diferentes regiones, el Pacífico con Listos para el viaje, el Caribe en Los Zapatos de Sirilo, el centro con y su ríos, con Alcué, Antioquia y sus líderes asesinados; donde el silencio grita, como también gritan los amores acabados en matrimonios infelices. De manera nostálgica y bella nos recuerda la costumbre de tener nanas negras a la manera de Mamá negra de Jaime Jaramillo Escobar, con la poesía viva en los tiempos tristes y actuales del suicidio juvenil y la vida de nuestras mascotas, narrada desde la voz del animal como nos lo enseñó Jack London, Virginia Woolf y Mario Escobar Velásquez. Julia Reyna cruza el silencio con el Duelo en invierno, de una lejana Rusia pero cercana al corazón desde la muerte que a todos nos alcanza. Son éstos los relatos de una escritora que sabe ver entre lo simple, la profundidad de las acciones humanas con el lenguaje sencillo que nos invita a leerla. Ya su silencio literario se rompió y alza vuelo su voz.
Primer párrafo
Adelina
Aun siento la peineta deslizarse por mi cabello arisco, haciendo lo crespos con agua de limón. La nombre siempre Adelina, aunque algunos le decían Negra. Parecía feliz, como si con esa palabra sintiera el cariño que otros no le dieron. Vestía batas de colores encendidos, confeccionadas a su gusto. Una pañoleta cubría siempre su singular pelo ensortijado. Cantar durante el trajín era parte de su rutina.
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