lunes, 19 de febrero de 2024

Siete vidas / John Grisham

Tres amigos viajan a Memphis para donar sangre a un viejo conocido ingresado tras un accidente. Sin embargo, estos tres pueblerinos se pierden en las luces de la gran ciudad. En Siete vidas hay personas tenaces, como una anciana madre que lo deja todo por ese hijo condenado a muerte que lleva años esperando un indulto que nunca llega. Y personas hartas de sobrellevar una vida de recriminaciones, como el abogado Mack Stafford, casado con una mujer odiosa, de una familia adinerada, que estaba convencida de que junto a él llevaría una vida de lujo. Pero también hay abogados de éxito pero sin escrúpulos, capaces de causar la ruina de una familia. Del mismo modo, hay personas sin piedad e hipócritas que ni siquiera son capaces de aceptar al hijo pródigo enfermo de SIDA, ni mucho menos oír en voz alta la palabra «homosexual». Historias de reencuentros y de pequeñas redenciones. Grisham muestra aquí registros inéditos y, una vez más, confirma su sensibilidad hacia los que nada tienen, los desfavorecidos y los discriminados.

Primer párrafo. 

Campaña de donación : Para cuando la noticia del accidente de Bailey se difundió por todo el asentamiento rural de Box Hill, corrían diversas versiones de lo ocurrido. Alguien de la constructora había telefoneado a la madre y le había contado que Bailey se había herido al caerse un andamio en una obra del centro de Memphis, que estaban esperándolo, que se encontraba estable y que confiaban que viviría. La madre, una inválida de más de 180 kilos que, era cosa sabida, se alteraba enseguida, pasó por alto parte de la información y rompió a llorar sin parar. Llamó a amigos y vecinos y, con cada replica a la trágica noticia, se fueron alterando y exageraron varios detalles. La mujer no apuntó el número de teléfono de la persona de la constructora, de modo que no había a quién telefonear para verificar o descartar los rumores que iban aumentando por minutos. 

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