miércoles, 19 de febrero de 2025

Años y leguas / Gabriel Miró

La obra que ahora se ofrece al lector es la que mejor parece resumir y potenciar todas esas características de la prosa mironiana. Y es también la que resulta más significativa con referencia al problema de los géneros literarios tal y como los entendió y manejó el gran escritor alicantino. Pues, evidentemente, aunque Miró escribiera novelas extensas, novelas cortas y cuentos, fue en la modalidad literaria del artículo, de la "estampa", donde encontró el cauce adecuado para su personalísimo modo expresivo. La autobiográfico, lo ensayístico, lo descriptivo lo que se acerca al cuento, al libro de viajes, al poema en prosa: todo eso cabe en el molde de la "estampa" con impecable y ceñido ajuste; de tal forma, que las más páginas mironianas son aquellas en que la armonía y amalgama de tantos matices cristalizan en resultados de la potencia descriptiva y poética de Huerto de cruces, por ejemplo. 

Primer párrafo

Camino de su heredad de alquiler, se le aparece a Sigüenza el recuerdo de una rinconada de Madrid. Las ciudades grandes, ruidosas y duras, todavía tienen alguna parcela con quietud suya, con tiempo suyo acostado bajo unas tapias de jardines. Asoma el fragmento de un árbol inmóvil participando de la arquitectura de una casona viejecita.

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