Es una de las novelas capitales de Aldous Huxley. Tres figuras centran el relato: un millonario yanqui, el intelectual británico a quien emplea para ordenar sus papeles y el médico que se entrega a la búsqueda de la prolongación artificial e indefinida de la existencia humana, vieja utopía a la que Huxley somete irónicamente a crítica en una fábula moral tan sarcástica y mordaz como profunda. La buida inteligencia de Huxley y su consumado arte de narrador sitúan el presente relato entre las aportaciones esenciales del legado literario contemporáneo.
Primer párrafo
Todo ello, se había arreglado telegráficamente: Jeremías Pordage había de buscar a un chófer negro con uniforme gris y un clavel en el ojal; y el chófer negro tenía que buscar aun inglés de mediana edad que llevaba en la mano las Obras Poéticas de Wordsworth. A pesar de la muchedumbre que llenaba la estación, se encontraron sin dificultad.
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