Si es difícil descubrir, entre las grandes leyes que nos agobian, la que más pesa sobre nuestros hombros, respecto a la planta no hay duda: es la que la condena a la inmovilidad desde que nace hasta que muere. Así es que sabe mejor que nosotros, que dispersamos nuestros esfuerzos, contra qué rebelarse ante todo. - Esta obra aparece reeditada después de muchos años en un terreno tan difícil como la realidad colombiana que vivimos. Es una invitación a volver a las raíces de la naturaleza y a la concordia que tanto necesita nuestro país.
Primer párrafo.
Quiero simplemente recordar aquí algunos hechos conocidos por todos los botánicos. No he realizado ningún descubrimiento y mi modesta aportación se reduce a algunas observaciones elementales. No tengo, inútil es decirlo, la intención de pasar revista a todas las pruebas de inteligencia que nos dan las plantas...
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