La ausencia primera de la madre; el regreso a la infancia permanente, como una aventura interior, intima; el ensueño que a tumbos se va haciendo poema. La palabra que sana las heridas, que lava, que motea y que celebra. La que intuye, como una redención, un nuevo sol, cada mañana La vida es así. Una estancia. Un consuelo. Un universo que explora en alguna etapa de nuestra existencia a a que acudimos permanentemente para sorprendernos. Para redescubrirnos. Para ser. Las palabras se reúnen, se busca, se apiñan en todo momento y nombrar y anuncian lo que siente.
Primer párrafo
Mientras estuve aquí
contemplaba el sol naciente,
registro único y abrazador
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