miércoles, 26 de febrero de 2025

Pálida luz en las colinas / Kazuo Ishiguro

Etsuko, una japonesa de cincuenta años instalada en Inglaterra, rememora momentos de su vida después del suicidio de su hija mayor. Quizá la explicación de esa tragedia familiar se encuentre agazapada en aquel Japón de los años cincuenta que se recuperaba de las heridas de la guerra y del traumatismo de la bomba atómica... En la memoria de Etsuko aparece de forma obsesiva, recurrente la imagen de otra mujer, Sachiko, una amiga y vecina que vivía sola con su hija Mariko. Dos personajes enigmáticos, a cuál más inquietante. La pequeña Mariko parece haber vivido una cruel y dolorosa experiencia, que reduce a la nada, tanto para ella como para su madre, la esperanza de una vida tranquila, lejos de las ataduras de la rígida tradición japonesa. La relación ambigua de Etsuko con Sachiko y Mariko está en el centro del enigma del libro. ¿El examen del pasado conseguirá exorcizar los demonios del presente.?


Primer párrafo 
 
Niki, el nombre que al final le pusimos a mi hija pequeña, no es una abreviatura, fue un acuerdo al que llegué con su padre. Por paradójico que parezca, fue él quien quiso ponerle un nombre japonés, pero yo, impulsada quizá por el deseo egoísta de no querer recordar el pasado, insistí en un nombre inglés. Al final, consistió en ponerle Niki, pensando que este nombre tenía ciertas resonancias orientales. 

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