Una bella novela, escrita con un fervoroso afecto por los hombres y sus palabras. La saga de una pareja de inmigrantes que, después de abandonar su tierra en el Líbano, se reúne en una aldea del Caribe de nombre imborrable, San Bernardo del Viento, para construir sus propios sueños y delirios. En medio de esta historia de amor, evocada por el fantasma del hijo muerto en una corraleja por la astas de un toro, otros personajes del pueblo nos encantan con sus pequeñas miserias y deslumbrantes hazañas.
Primer párrafo
Mi madre empezó a morirse el viernes a la una de la tarde. Aunque los muertos no tenemos noción del tiempo -ni falta nos hace-, supe que estamos en diciembre al ver la claridad del mediodía que entra a raudales por los tragaluces del baño.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario